El periodista explicó que no solamente los estudios de la Universidad de Virginia le motivaron a intentarlo, sino que también lo hizo una vieja premisa de su abuelo: él sostenía que las duchas frías creaban una “armadura helada” que evitaban las enfermedades estacionales.

En algunas regiones del mundo ésa es una creencia cultural muy arraigada. En Rusia, por ejemplo, existe la tradición de sumergirse en un agujero en los lagos congelados en el día más frío del año, para protegerse de las enfermedades durante todo el invierno.

Éstos fueron los resultados de su ejercicio: